El Banco de Rusia anunció este 6 de junio la reducción de su tasa de interés clave al 20%, la primera rebaja desde septiembre de 2022. Esta decisión, tomada por el Consejo de istración del banco central, marca una señal clara: la economía rusa avanza con firmeza hacia una recuperación estable y equilibrada, pese a las sanciones y la presión económica externa.

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«Las presiones inflacionarias continúan bajando y la economía se está acercando a un crecimiento más equilibrado«, destacó el comunicado oficial del organismo. Aunque el consumo interno sigue siendo alto, ya no genera un desajuste fuerte frente a la oferta de bienes y servicios.

El Banco Central señaló que mantendrá una política monetaria estricta durante un tiempo para asegurar que la inflación vuelva al objetivo del 4% anual en 2026. Actualmente, la tasa se sitúa en 9,8%, pero en descenso constante.

El desempleo en Rusia sigue en mínimos históricos, y aunque algunas empresas han reportado dificultades para contratar, estas barreras están disminuyendo. Los salarios han subido más que la productividad, pero se espera que estas alzas se moderen en comparación con los últimos dos años.

Los expertos rusos consideran que los riesgos que podrían aumentar la inflación se han reducido ligeramente, aunque aún existen. Entre ellos están las tensiones comerciales globales y la posible caída de los precios del petróleo.

Aun así, si el entorno internacional mejora y disminuyen las tensiones geopolíticas, Rusia podría beneficiarse de condiciones externas más favorables que ayudarían a reducir aún más la inflación.

La próxima evaluación de la tasa de interés se realizará el 25 de julio. Con esta decisión, el Gobierno ruso reafirma su capacidad para manejar los desafíos macroeconómicos con soberanía y estabilidad, mientras continúa resistiendo el cerco financiero de las potencias occidentales.

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